EL GOBERNADOR PERDIDO

Rodney A. Ríos Rodríguez
Jurist, politoligist, conservative

10 de jul. de 2019
En días recientes se ha visto una explosión de escándalos de corrupción alrededor de la rama ejecutiva del gobierno de Puerto Rico, centrados en acusaciones y arrestos por parte del FBI a exfuncionarios del gabinete del gobernador Rosselló Nevares.

Aquí no pretendemos especular sobre el proceso legal o la culpabilidad de nadie.
Partimos del siguiente punto: 
Después de dieciséis años de gobiernos y gobernadores fallidos, el pueblo puertorriqueño necesitaba una mano estable, impecablemente limpia que administrara el aparato público correctamente para que el país pudiera sanarse de las cicatrices de la generación perdida.

El gobernador Ricardo Rosselló tuvo esa oportunidad, al ganar la gobernación por un margen pequeño, debía asegurarse de ganarse en todo lo posible la confianza de la ciudadanía, este no ha sido el caso. Su gabinete es odiado, escándalo tras escándalo culminando en los arrestos del pasado 10 de julio le han destruido la poca popularidad que tenía; la falta de legislación importante (enfocándose en trivialidades controversiales e innecesarias) ha minado cualquier credibilidad que pudiese tener la
legislatura novoprogresista.

El escándalo de BDO, Raúl Maldonado y los acusaciones por el FBI apuntan a un tren de corrupción que han terminado de destruir al Gobernador sus posibilidades de salir reelecto. Por un momento pareció ser el primer Gobernador desde 1996 que podía lograr reelección, mi percepción es que esa

oportunidad se desvaneció permanentemente. 

Ricardo Rosselló tiene la base estadista molesta, dividida, los religiosos en la Legislatura hacen al partido altamente impopular, su gabinete ha alienado a la ciudadanía, y la prensa no dejará de atacarlo y seguir destruyéndolo hasta pasadas las próximas elecciones. Esta tormenta perfecta ha
llevado a que haya movimientos estadistas nuevos que aspiran a correr en las elecciones de 2020. Todos estos factores han sido precipitados por el Gobernador. Por tanto, cabe preguntarse,

¿SE PUEDE SALVAR AL PNP? 
¿COMO?

Mi recomendación es la siguiente:
 Yo el presidente del Senado estaría buscando como recobrar la confianza de las personas hacia el PNP. Lo primero que se debe hacer es anunciar una Comisión especial que buscará investigar a Fortaleza que haga a todos los que han alegado corrupción (Noel Zamot, Raúl Maldonado) testificar bajo juramento y abierto al público.
Que las instituciones locales operen de forma complementaria a las federales.
El presidente del Senado debe entonces anunciar, o la delegación del PNP en ambos cuerpos, que si se encuentra base o evidencia para apoyar las alegaciones, se procederá para destituir al Gobernador de su cargo según lo establecido en la Constitución.

Esto lo mas probable no tenga resultado, por eso lo otro que debería buscar hacer el PNP es encontrar un candidato alterno para la  gobernación y crear un movimiento dentro del partido para retar al Gobernador. Deben ir a Fortaleza y dejar claro que Rosselló Nevares no cuenta con el apoyo de la base del partido, que su viabilidad ha sido descartada por la percepción publica, que por el bien
del partido, y de Puerto Rico, debe retirar su candidatura.

Se debe intentar que el PNP esté en una posición para poder mantener la Fortaleza en las próximas elecciones, en caso de que Carmen Yulín gane la primaria en el PPD y exista una probabilidad de que
la extrema izquierda neo nacionalista llegue al poder.

Si esto ocurre, sería catastrófico para Puerto Rico, y el Gobernador actual es un obstáculo para derrotar la izquierda en las próximas elecciones. Es por eso que debe comenzar un movimiento dentro de las filas estadistas para un cambio de liderato, luego proceder a reformar el partido y crear un movimiento de “grass roots” que elimine y descarte los candidatos que no crean en la estadidad. De esta forma hay que prevenir el triunfo del Yulinismo, la división del Estadoísmo en varios partidos y que la corrupción siga comiéndose el servicio publico puertorriqueño.