El presidente de EEUU, Donald Trump, recibió muchas críticas
por sus tuits y mensajes sobre la deuda acumulada, la infraestructura
deteriorada, la ineficiencia de funcionarios locales y nimiedades como el
lanzar un rollo de papel a los asistentes de una actividad en Cavalry Chapel,
Guaynabo. Como de costumbre, hubo medios de prensa que sacaron de contexto sus
expresiones y que aprovecharon la oportunidad para difamarlo. Se usó la
emergencia de Puerto Rico (PR) para correr una campaña publicitaria político partidista.
En ese barco se montaron políticos locales y de otros estados que militan en el
Partido Demócrata.
Trump no se equivoca al señalar que PR tiene un problema con
su deuda pública y su infraestructura que debe atenderse para que pueda
recuperarse. Cuando indica que la Agencia Federal de Manejo de Emergencias
(FEMA, por sus siglas en inglés), el Army y los que asisten en la emergencia
inmediata no pueden estar permanentemente en PR, acierta y presiona al Congreso
de los Estados Unidos (EEUU) para que apruebe una medida legislativa que
incluye billones de fondos federales para estados y territorios devastados por
desastres naturales. Su punto es que se debe iniciar el proceso de recuperación
y avanzar para salir del estado de emergencia. Nunca dijo que retiraría la
ayuda necesaria antes de que se completaran los objetivos.Luego de su visita a PR, el martes 3 de octubre de 2017, hizo expresiones sobre condonar la deuda pública de PR; sus portavoces reforzaron este punto al afirmar que se debe conversar con los acreedores. Es un modo de comunicar que se puede reestructurar, reducir o condonar la deuda. Abre a un mundo de posibilidades y le da confianza al gobierno de PR. No se trata de una garantía ni de promover la irresponsabilidad fiscal, sino de presionar a los inversionistas de Wall Street y a los acreedores que presionan al gobierno de PR. Es un juego político astuto.
La relación de Trump con el gobernador de PR, Ricardo “Ricky” Rosselló, y con la comisionada residente en Washington, Jenniffer González (JGo), mejoró notablemente. Son actualmente aliados políticos para atender los problemas fiscales, económicos y de infraestructura de PR. La alianza es tal que Gerardo Rivera, reportero de Fox News, tildó al Gobernador de republicano. Le cambió la afiliación partidista sin querer queriendo, porque su percepción es que lo es.
Sin embargo, la suerte no fue igual en su relación con la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín. Los demócratas de New York, aliados de Yulín, comenzaron los ataques contra Trump. El gobernador de New York, Andrew Cuomo, lanzó la primera piedra. Se debe agradecer la ayuda que brindó a PR, pero eso no le resta a la imprudencia de usar la emergencia para realizar movidas político partidistas.
De seguido, Yulín convocó a la prensa nacional para promover
su campaña publicitaria “We are dying”, “Nos estamos muriendo”. Con una gorra
que dice “SOS”, la señal de socorro conocida internacionalmente, y una camisa
con un slogan de campaña, Yulín da comienzo a lo que será la batalla
por los corazones de los puertorriqueños en EEUU y PR. Fue tan obvia la agenda
“oculta” que tuvo que aclarar que no iba a correr como candidata para
gobernadora en el 2020. Muchos leyeron entrelíneas lo que perseguía con su media
tour.
Corra o no corra para gobernadora, lo que sí es claro es su
campaña anti Trump y su renuencia a colaborar con FEMA. Las tensiones con esta
agencia federal se intensificaron al punto de intercambios de parte y parte y
hasta un cambio de mando de la coordinación de la Agencia en PR.“Ricky” y “JGo” no cayeron en este juego: mantuvieron una relación cordial y armoniosa con el presidente de EEUU. Trump abogó por más fondos federales y por un préstamo de emergencia que le solicitó el Gobernador. “JGo” viajó en el Air Force One, el avión presidencial, y conversó sobre asuntos de PR, como la asignación de fondos para el programa de salud Medicaid. Cuando Trump visitó la Isla, archipiélago, se reunió con los alcaldes y saludó, incluso, a la alcaldesa de San Juan.
Luego fue a Cavalry Chapel a compartir con un grupo de refugiados y de personas interesadas en saludar al Presidente. Interactuó de tú a tú, junto a la primera dama de EEUU, Melania Trump. Dio la mano a los asistentes, fue lúdico, alegre y se adaptó al estilo local. La gente le gritó “lánzame uno”, en referencia a un papel toalla que estaba disponible para regalar. Luego de lanzarlo, como si fuera una bola de baloncesto, muchos se rieron y tomaron fotos y selfies con Trump y su esposa. La prensa sacó un momento divertido de contexto.
Lo que se debe destacar no son las palabras breves que se expresan con el límite de caracteres que pone Twitter ni el estilo honesto y directo de Trump, sino sus decisiones, logros, su disposición a escuchar y negociar, lo que en otras palabras implicamos con el dicho popular “las acciones hablan más que las palabras”.
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