28 agosto 2014
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| Gilberto Arvelo, Doctor.Shoper |
En www.doctorshoper.com como parte de nuestra función de periodística nos dimos la tarea de profundizar en la evaluación de la sentencia emitida por el tribunal. Como parte de dicha evaluación encontramos lo siguiente:
1. En cuanto a Vaquería Tres Monjitas la prueba documental admitida revelo violaciones al Reglamento 5; especialmente, la leche cruda proveniente de las fincas ganaderas pertenecientes a las empresas Fonalledas no era sometida a análisis de la misma manera que se analizaba la leche cruda proveniente de otros ganaderos. Aun así, las muestras tomadas de dichas vaquerías frecuentemente arrojaban resultados fuera del parámetro para cloruro establece el Reglamento 5 y aunque dicha leche, por definición era adulterada, la misma se mezclaba en los camiones-termos y en los silos con la leche recogida a otros ganaderos, se procesaba, se envasaba y se distribuía a los consumidores en vez de decomisarla.
2. En cuanto a Suiza casi diariamente llevaba a cabo los que se conoce en la industria como el ‘reproceso’ de la leche, lo que resultara que llegara leche con agua a los consumidores. Objeto del llamado ‘reproceso’ lo era la leche, al iniciar la pasterización, se mezclaba con el agua residual que había en la líneas y que era empujada con leche cruda hasta que estimaba que solo leche cruda sin agua fluía hasta el pasteurizador. Como resultado Suiza estaba dañando leche cruda cual cumplía con los parámetros del Reglamento 5.
Suiza también reprocesaba leche devuelta de la calle, cuya fecha de expiración no hubiese caducado. El tribunal no tuvo duda de que la leche producto del llamado ‘reproceso’ ilegal se envaso, se distribuyo y llego a los consumidores, puesto que ese era el propósito del llamado ‘reproceso’.
La resolución del caso indica lo siguiente y citamos de la sentencia:
Determinamos que durante el periodo pertinente las Plantas Suiza y Tres Monjitas recibieron leche adulterada con agua y sal, cuya adulteración no pudieron detectar, aceptaron la leche adulterada no detectada, la procesaron, la envasaron, y la distribuyeron a comercios y consumidores; el no detectar la leche adulterada que recibieron y procesaron se debió a la negligencia, dejadez y laxitud con la que funcionaban los laboratorios de Suiza y Tres Monjitas al efectuar pruebas químicas y físicas a leche cruda y pasteurizada; y por no utilizar equipos y métodos analíticos más modernos que existían durante el periodo pertinente.
Como han podido leer el enfoque principal del la información periodística cuando se divulgo la determinación del caso en el tribunal de Primera Instancia fue hacia el sector ganadero y de transportista. Algo que ya había sido en parte atendido por procedimientos criminales a través del foro federal. Una cosa es el que el ganadero y/o el transportista se confabularan para suministrar leche adulterada. Pero el que las plantas procesadoras incurrieran en prácticas ilegales con el mero hecho de timar a los consumidores es inaceptable.
Pero lo que sí es un acto de chantaje económico por parte de estas plantas elaboradoras es el reclamar a través de un pleito contra el Gobierno de Puerto Rico una cantidad millonaria por alegada perdida de ganancias debido a la fijación de precios y como el Gobierno se dobla ante ellos cuando un tribunal de Puerto Rico acaba de determinar que estafaron a los consumidores vendiéndole leche reprocesada como si fuera 100% fresca. Ahora gritan cuando le tienen que devolver a los consumidores alrededor de $15 millones pero mientras se hartaban a través del traqueteo estaban calladitos. En casos similares en los Estados Unidos estas compañías son intervenidas y multadas por el Gobierno.
El más reciente caso es el de Peanut Company of America, y donde el dueño Stewart Parnell y otras dos personas están acusados de distribuir productos contaminados a los clientes y de encubrir las pruebas de laboratorio que mostraban la presencia de salmonela. Stewart Parnell y la gerente de calidad de la planta en Georgia, Mary Wilkerson, también están acusados de obstrucción de la justicia. Los expertos dicen que es la primera vez que funcionarios y gerentes corporativos han ido a juicio bajo cargos federales en un caso de intoxicación alimentaria.
El vender un alimento adulterado cual es consumido principalmente por niños y envejecientes es un acto criminal. En China ya los hubieran fusilados como paso con los que adulteraron las formulas de bebe.
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Adjunto "Resolución" en el caso de referencia.
Favor prestar mayor atención a las siguientes páginas: 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 71, 72, 73, 74 y 75
por Héctor L. Moreno
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