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ENGLISH VERSION:http://nypost.com/2017/05/07/puerto-rican-day-parade-honors-the-terrorists-who-killed-my-dad/
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PARADA PUERTORRIQUEÑA HONRA A LOS TERRORISTAS QUE
MATARON A MI PADRE
por Joseph Connor
7 mayo 2017
La semana pasada, funcionarios anunciaron planes de honrar el 11 de junio al terrorista Óscar López Rivera, como su primer “Héroe Nacional de la Libertad”, en la parada del Día de Puerto Rico.
Las palabras “desgracia” y “afrenta” no se acercan a describir la locura, insulto y dolor que honrar a este delincuente terrorista le causa a mi familia, a las familias de todas las víctimas de la FALN y a todos los americanos. La idea es verdaderamente asqueante.
La Ciudad de Nueva York fue el epicentro de los más horrorosos de los 120 y pico bombazos del grupo terrorista puertorriqueño de López, las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). Uno de esos atentados mató a mi padre, Frank Connor, de 33 años de edad y a otras 3 personas inocentes.
¿Por qué alguien en Nueva York ha de rendirle pleitesías a este señor, sobre todo en medio de la guerra de nuestra nación contra el terrorismo? Peor aún, la presidenta la Asamblea Municipal, Melissa Mark-Viverito, escogió hacer este anuncio tipo “Alicia en País de las Maravillas” en el Observatorio One World, exactamente el lugar del ataque más horroroso en la historia de nuestra nación.
Ese también es el lugar en el que fue asesinado el ahijado de mi papá, Steve Schlag, junto a 3,000 otros civiles y socorristas, los verdaderos héroes. Y el lugar en el que una amenaza de la FALN de López provocó la evacuación del World Trade Center en el 1977.
Considere esto: López rechazó la oferta de clemencia del presidente Bill Clinton en el 1999 y optó por no renunciar a la violencia y permanecer en la cárcel. No obstante, el presidente Barack Obama le ofreció una segunda clemencia sin condiciones justo antes de dejar el cargo. Saldrá libre la próxima semana. Entonces, la ciudad en la que nació, se crió, trabajó y fue asesinado nuestro padre –una ciudad ensangrentada por el ataque terrorista más salvaje de todos en el 9/11- servirá de anfitriona para homenajearlo. ¿Qué está pasando?
Desde el 1974 hasta el 1983, la FALN desató una despiadada y sangrienta guerra contra Estados Unidos, atacando a civiles principalmente en Nueva York y Chicago. El 24 de enero de 1975, la FALN lanzó su ataque más mortal, la infame explosión de una bomba durante la hora del almuerzo en la Taverna Fraunces – asesinando a mi papá y a otros tres hombres inocentes. Ese era el día en que se supone que celebraríamos el cumpleaños de mi hermano (11), y el mío (9).
Ese día, en un comunicado la FALN se atribuyó el ataque, llamándolo un golpe en contra de “ejecutivos corporativos reaccionarios”. En realidad, mi papá era hijo de inmigrantes y se crió en el barrio de clase trabajadora Washington Heights, muy cerca de donde eran algunos de los miembros de la FALN.
A principios de los 80, 11 miembros de la FALN fueron arrestados y se les juzgó y declaró culpables de posesión de armas y conspiración sediciosa (entre otros delitos graves). A López se le encontró culpable y sentenció en el 1981, por crímenes que incluían conspiración sediciosa, interferir con el comercio interestatal mediante amenaza o violencia, portación de armas durante la comisión de esos dos delitos y la transportación interestatal de vehículos hurtados.
En el proceso, un miembro en la FALN que cooperó con las autoridades testificó que López estuvo personalmente envuelto en los ataques incendiarios y con bombas, entrenó a miembros en la fabricación de explosivos y era un reclutador principal de la FALN. En el 1987, se le sentenció a 15 años adicionales por participar en una conspiración para escapar.
Pero Viverito y su calaña le llaman “Héroe Nacional de la Libertad”. Están trastornados.
Algunos alegan que es un “luchador de la libertad” por la independencia de Puerto Rico, en contra de la colonización de la isla por parte de Estados Unidos. Pero, aparte de ser un terrorista, ¿qué ha hecho para apoyar la “libertad” en Puerto Rico?
El primer ataque de la FALN, en diciembre de 1974, fue dirigido a la Policía de Nueva York, mutilando severamente a Ángel Poggi, un joven policía de descendencia puertorriqueña en su primer día de trabajo. ¿Es éste un acto de un héroe del Pueblo de Puerto Rico? López nunca ha representado a los puertorriqueños, nunca más del 5 por ciento de ellos han votado por la independencia, y en el 2012, el 60 por ciento votó por la estadidad.
La visión de “libertad” de López y la FALN nunca ha comprendido la libertad para los puertorriqueños, sino la subyugación a un gobierno tipo Cuba. No es casualidad que el camarada de López en la FALN -el fabricante de bombas y convicto fugitivo William Morales- ha sido un huésped de Cuba durante más de 30 años. Lo de López, Morales y sus camaradas marxistas, nunca ha sido sobre libertad, sino tiranía.
López nunca ha expresado arrepentimiento ni ha pedido perdón, ni siquiera en su autobiografía del 2013. Tampoco ha cooperado con las autoridades para aclarar los crímenes no resueltos de la FALN. A pesar de todo esto, Nueva York será anfitriona de una parada en la que se alabará a este terrorista marxista. ¿No pudieron encontrar a otra persona para honrar?
Los habitantes de nueva York deberían estar furiosos. La Policía y el Departamento de Bomberos deberían negarse a participar. Y el presidente Trump debería presionar a Cuba para que devuelva a Morales para que enfrente la justicia. Si nuestro padre estuviese hoy vivo, no reconocería su propia ciudad.
por Joseph Connor
7 mayo 2017
La semana pasada, funcionarios anunciaron planes de honrar el 11 de junio al terrorista Óscar López Rivera, como su primer “Héroe Nacional de la Libertad”, en la parada del Día de Puerto Rico.
Las palabras “desgracia” y “afrenta” no se acercan a describir la locura, insulto y dolor que honrar a este delincuente terrorista le causa a mi familia, a las familias de todas las víctimas de la FALN y a todos los americanos. La idea es verdaderamente asqueante.
La Ciudad de Nueva York fue el epicentro de los más horrorosos de los 120 y pico bombazos del grupo terrorista puertorriqueño de López, las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). Uno de esos atentados mató a mi padre, Frank Connor, de 33 años de edad y a otras 3 personas inocentes.
¿Por qué alguien en Nueva York ha de rendirle pleitesías a este señor, sobre todo en medio de la guerra de nuestra nación contra el terrorismo? Peor aún, la presidenta la Asamblea Municipal, Melissa Mark-Viverito, escogió hacer este anuncio tipo “Alicia en País de las Maravillas” en el Observatorio One World, exactamente el lugar del ataque más horroroso en la historia de nuestra nación.
Ese también es el lugar en el que fue asesinado el ahijado de mi papá, Steve Schlag, junto a 3,000 otros civiles y socorristas, los verdaderos héroes. Y el lugar en el que una amenaza de la FALN de López provocó la evacuación del World Trade Center en el 1977.
Considere esto: López rechazó la oferta de clemencia del presidente Bill Clinton en el 1999 y optó por no renunciar a la violencia y permanecer en la cárcel. No obstante, el presidente Barack Obama le ofreció una segunda clemencia sin condiciones justo antes de dejar el cargo. Saldrá libre la próxima semana. Entonces, la ciudad en la que nació, se crió, trabajó y fue asesinado nuestro padre –una ciudad ensangrentada por el ataque terrorista más salvaje de todos en el 9/11- servirá de anfitriona para homenajearlo. ¿Qué está pasando?
Desde el 1974 hasta el 1983, la FALN desató una despiadada y sangrienta guerra contra Estados Unidos, atacando a civiles principalmente en Nueva York y Chicago. El 24 de enero de 1975, la FALN lanzó su ataque más mortal, la infame explosión de una bomba durante la hora del almuerzo en la Taverna Fraunces – asesinando a mi papá y a otros tres hombres inocentes. Ese era el día en que se supone que celebraríamos el cumpleaños de mi hermano (11), y el mío (9).
Ese día, en un comunicado la FALN se atribuyó el ataque, llamándolo un golpe en contra de “ejecutivos corporativos reaccionarios”. En realidad, mi papá era hijo de inmigrantes y se crió en el barrio de clase trabajadora Washington Heights, muy cerca de donde eran algunos de los miembros de la FALN.
A principios de los 80, 11 miembros de la FALN fueron arrestados y se les juzgó y declaró culpables de posesión de armas y conspiración sediciosa (entre otros delitos graves). A López se le encontró culpable y sentenció en el 1981, por crímenes que incluían conspiración sediciosa, interferir con el comercio interestatal mediante amenaza o violencia, portación de armas durante la comisión de esos dos delitos y la transportación interestatal de vehículos hurtados.
En el proceso, un miembro en la FALN que cooperó con las autoridades testificó que López estuvo personalmente envuelto en los ataques incendiarios y con bombas, entrenó a miembros en la fabricación de explosivos y era un reclutador principal de la FALN. En el 1987, se le sentenció a 15 años adicionales por participar en una conspiración para escapar.
Pero Viverito y su calaña le llaman “Héroe Nacional de la Libertad”. Están trastornados.
Algunos alegan que es un “luchador de la libertad” por la independencia de Puerto Rico, en contra de la colonización de la isla por parte de Estados Unidos. Pero, aparte de ser un terrorista, ¿qué ha hecho para apoyar la “libertad” en Puerto Rico?
El primer ataque de la FALN, en diciembre de 1974, fue dirigido a la Policía de Nueva York, mutilando severamente a Ángel Poggi, un joven policía de descendencia puertorriqueña en su primer día de trabajo. ¿Es éste un acto de un héroe del Pueblo de Puerto Rico? López nunca ha representado a los puertorriqueños, nunca más del 5 por ciento de ellos han votado por la independencia, y en el 2012, el 60 por ciento votó por la estadidad.
La visión de “libertad” de López y la FALN nunca ha comprendido la libertad para los puertorriqueños, sino la subyugación a un gobierno tipo Cuba. No es casualidad que el camarada de López en la FALN -el fabricante de bombas y convicto fugitivo William Morales- ha sido un huésped de Cuba durante más de 30 años. Lo de López, Morales y sus camaradas marxistas, nunca ha sido sobre libertad, sino tiranía.
López nunca ha expresado arrepentimiento ni ha pedido perdón, ni siquiera en su autobiografía del 2013. Tampoco ha cooperado con las autoridades para aclarar los crímenes no resueltos de la FALN. A pesar de todo esto, Nueva York será anfitriona de una parada en la que se alabará a este terrorista marxista. ¿No pudieron encontrar a otra persona para honrar?
Los habitantes de nueva York deberían estar furiosos. La Policía y el Departamento de Bomberos deberían negarse a participar. Y el presidente Trump debería presionar a Cuba para que devuelva a Morales para que enfrente la justicia. Si nuestro padre estuviese hoy vivo, no reconocería su propia ciudad.
Publicado en el New York Post el 7 de mayo de 2017.
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